En primer lugar, y sin querer aburrirles, se hace necesario recordar que las locuras, la gran mayoría, se llevan a cabo por un fuerte sentimiento impulsor de las mismas. No nacen de la nada, no surgen porque sí; se puede decir que hay un factor originario, que como ya dije, suele ser un sentimiento. Ese sentimiento, para llevarnos a hacer locuras, debe ser lo bastante fuerte, algo casi frustrante, tanto que pueda hacernos actuar contrario a nuestra naturaleza. De tal modo, que si nos descuidamos, logra incluso hasta a convertir aquellas virtudes que hacen a un hombre digno de admiración, en su mayor e irremediable defecto. ¿Y qué mejor fotografía para entender la razón de ser de todo esto que Gaspar Ruiz, ejemplo perfecto de que el amor embrutece?
El amor es un sentimiento de afecto que el hombre experimenta hacia otra persona o cosa personificada como la humanidad, la virtud, la virtud, la patria, etc., por el que desea su felicidad y anhela su presencia (según diccionario escolar ilustrado Norma).
En el contexto fisiológico, según
www.wikipedia.com, el amor es una virtud que representa toda la bondad, compasión y afecto del ser humano. Así pues, basándonos en esto, podemos entender la actitud de Gaspar Ruiz, quien impulsado por el amor intenso que sentía por Herminia en la obra, buscó a toda costa la felicidad de ella. Y todo aquello facilitado gracias al uso
de una fuerza sobrenatural que caracteriza a nuestro personaje desde
el inicio del relato. Fuerza que fue usada
sin medida; fuerza que fue usada en “bruto”, ningún tipo de razonamiento, pues la única razón que nuestro fortachón apoyaba era la felicidad de Herminia.
Así pues, a causa de ese amor, Gaspar, quien de por sí no tenía aparentemente más atributo que su voluptuoso cuerpo y fuerza, acaba por convertirse en una máquina.
Me refiero con esto a que dejó de vivir, de pensar en su bien, en lo que a él pudiere hacerle daño; más bien se acabó de fijar como un bruto fortachón que solo actuaba conforme a lo que su fuerza pudiere conseguirle, en este caso, casi todo. Porque fue por amor que se dio el acontecimiento que le dio un giro drástico a la historia; salvar a Herminia y de paso gral. Robles y a Santierra. De este modo, ganó puntos con su amada Herminia y puso los favores del general a su merced, quien le quedó sumamente agradecido luego de tal hazaña. De ahí en adelante, la historia se pone a favor de Gaspar, dándole facilidad de tomar posiciones altas del ejército que le permitieron ejecutar acciones agradables a la que más tarde se convirtió en su esposa.
Por otro lado, es cierto que su colosal fuerza lo habría ayudado en su vida, más no habría el aspirado y llegado a tales rangos de no ser motivado por su esposa. Traicionar a su pueblo, aguantar toda clase de maltrato físico –la mayoría provocados por él mismo- y cambiar su antes bondadoso corazón por un bloque de hielo. Todo esto fue capaz de hacer ayudado por su fuerza y embrutecido por su amor, con el fin de gradar a su esposa, quien solo deseaba vengarse de aquellos que habían humillado a su familia. Y no solo esto, pues aún calificado como un alto militar, vestido de placas y respeto, pasó por encima a todo eso, prestándose para la acción más salvaje, que lo llevaría a la muerte. Lo grave es que no sólo Gaspar ha sido víctima de esta enfermedad, sino que también en la vida real, con nosotros como protagonistas, la gente se entrega a ese sentimiento, que visto lo que es capaz de hacer, pone en tela de juicio sus características.
Ahora bien, cierto es que el amor es incluso más grande que la fe (1 corintios 13:13), y la fe mueve montañas ¿qué no hará entonces una persona enamorada? Es capaz alguien enamorado hasta de atentar contra su propia vida y contra la vida de quien se interponga, con tal de hacer feliz a su amado. Tanto que lo último que hizo el protagonista de esta novela, fue prestarse como pedestal de un cañón para poder derribar la muralla que lo separaba de Herminia. Por lo que finalmente, logra discernirse, sin la necesidad de razonar mucho, la presencia de la brutalidad, en las demostraciones de afecto. Es por eso, por cada acción desmesurada por apasionamiento excesivo que se presenta en esta novela, que considero Gaspar Ruiz, un vivo ejemplo de que el amor embrutece